En la situación en la cuál actualmente nos encontramos, con una inflación galopante que se come el poder adquisitivo del consumidor, los jóvenes no iban a ser una excepción. Si la subida de precios agujerea el bolsillo de los hogares españoles, los jóvenes ya lo tienen desgarrado.
Las consecuencias del coronavirus han encontrado en los jóvenes españoles un caldo de cultivo de sueldos más bajos, elevada temporalidad, acceso más tardío al mercado laboral, dificultades en la compra de vivienda y falta de educación financiera, lo que resta interés al ahorro, la inversión y la planificación a largo plazo.
Del conjunto de la sociedad, el grupo de los jóvenes es el más vulnerable a las repercusiones del estancamiento económico, ya que es el primero en sentir los efectos de las crisis. En un contexto de elevada inflación, los jóvenes se pueden ver particularmente afectados por múltiples motivos, como por ejemplo: altas tasas de temporalidad y de paro, salarios bajos e inestabilidad, dificultades para emanciparse, etc. Esto, provoca un cóctel de razones que explican por qué los jóvenes tienen todas las papeletas para sufrir doblemente la subida de precios que hace más complicado llegar a fin de mes.
Tasa de temporalidad
Cuándo hablamos de tasa de temporalidad, nos referimos a la fracción entre el número de asalariados con contrato temporal y el número total de asalariados. Por ello, una mayor tasa de temporalidad y de paro deja a los jóvenes en primera línea de impacto cuando golpea la inflación porque implica menores ingresos con los que hacer frente al encarecimiento de la vida y una alta incertidumbre cuando el contrato temporal con la empresa de turno llegue a su fin.
En los ciclos donde la economía se ve impactada por un shock negativo, lo primero que ocurre es la destrucción de empleos temporales, y con relación a lo mencionado en el anterior párrafo, esto sitúa a los jóvenes entre los colectivos más afectados. Tras el aumento en la intención de gasto en verano manifestada a comienzos de junio, los nuevos datos de la inflación provocaron la “paralización” de “algunas” de las compras previstas para los próximos seis meses por un 75% de españoles.
Una mala gestión de las finanzas personales es como una pequeña fuga en un gran barco, se convierte en el motivo del hundimiento del barco. Por eso, es importante conocer las ideas fundamentales para que un adolescente sepa manejar su dinero y, especialmente, cuando suben los precios.
Pero, ¿qué pueden hacer los jóvenes para afrontar la inflación?
Esta son algunas ideas que se pueden tener en cuenta:
- La elaboración del presupuesto es lo primero que deben pensar los adolescentes sobre las
finanzas personales. Deben comprender el hecho de que hacer un presupuesto y ceñirse a
él puede hacer que una persona disfrute de su dinero de la mejor manera posible, al mismo
tiempo que mantiene un espacio para ahorrar una parte del mismo para el futuro.
- Lo siguiente que deben hacer los adolescentes es hacer un seguimiento de sus gastos.
Hay gastos que no se pueden evitar, pero existen otros que, sin apenas darnos cuenta, van
haciendo mella en nuestro bolsillo. Son gastos innecesarios que, si no se controlan bien,
merman considerablemente nuestra cuenta corriente. Hay que analizar qué gastos tenemos
y cuáles son prescindibles y evitar caprichos en estos momentos inflacionistas.
- Fijar objetivos y metas financieras a largo plazo hace que una persona se concentre más en
cumplir con ese horizonte y así seguir con más entusiasmo el presupuesto previo.
- Comprar cuando se necesita algo de verdad, la “necesidad” y el “deseo” tienen una línea
muy fina que hay que saber diferenciar.
Si te ha gustado este artículo no te pierdas todo el contenido que tenemos para ofrecerte. Nuestro blog