Cuando decidimos comenzar con nuestro proyecto esta es una de las primeras preguntas que nos surgen, ¿Me hago autónomo o creo una sociedad?
Pues bien, esto depende de cada situación a si que en este artículo hablaremos de las diferencias entre uno y otro para que sepas cual elegir.
Trámites
La primera diferencia son los trámites, ya que para darse de alta como autónomo es mucho mas rápido y sencillo, además si puedes gestionarlo tú, el coste es gratuito.
Los trámites que supone crear una sociedad son más largos y bastante más costosos, aproximadamente 400 euros o más, ya que hay que pagar los honorarios del notario y abogados, además de la inscripción en el Registro Mercantil.
Responsabilidad
Otra diferencia que es importante resaltar es la responsabilidad que se tiene frente a las posibles deudas que podamos llegar a tener, ya que el autónomo tiene que responder con su propio patrimonio ante ellas, mientras que si elegimos una sociedad limitada, como su nombre indica, la responsabilidad es limitada, por lo que las deudas se responderán únicamente con el patrimonio de la sociedad.
Cuotas a la SegSoc.
Es importante tener en cuenta la diferencia de las cuotas a la Seguridad Social, ya que las de los autónomos son más asequibles que la de los autónomos societarios, a parte que estos no pueden acceder a algunas bonificaciones como la tarifa plana de 60 euros.
Fuentes de financiación
Esta diferencia suele pasar por alto, pero es importante de recalcar, una sociedad refleja una mayor capacidad económica que un autónomo, por lo que te resultará más fácil conseguir fuentes de financiación externas a las que un autónomo se ve limitado.
Esta imagen también es importante de cara a tus clientes y les brindará una mayor seguridad.
Contabilidad
Está claro que la contabilidad de un autónomo va a ser más sencilla que la de cualquier sociedad ya que no tiene las mismas obligaciones;
Un autónomo está obligado a presentar los impuestos y unos libros de registro, concretamente el del de facturas emitidas, el de facturas recibidas y gastos, el de bienes de inversión si tuviera y operaciones intracomunitarias si tuviera también.
En cambio, las sociedades tienen que llevar una contabilidad completa, a parte de la presentación de los impuestos y los libros de registro tendrán que llevar un libro diario y las cuentas anuales.
Impuestos
Tanto los autónomos como las empresas tienen que presentar el IVA de manera trimestral, en el caso de las grandes empresas se presentará mensualmente.
La diferencia más significativa que tenemos que tener en cuenta cuando queremos trabajar por cuenta propia es que un autónomo tributa por IRPF y una empresa por el impuesto de sociedades.
El IRPF es un impuesto directo y su porcentaje dependerá de la cantidad de ingresos que tengamos y es progresivo.
En cambio, el impuesto de sociedades es también un impuesto directo del 25% pero el porcentaje no varia según los ingresos de la empresa.
En resumen, cuantos más ingresos percibas más a cuenta te saldrá crear una sociedad.
Inversión Inicial
La última diferencia que debemos tener en cuenta es la inversión inicial, en este punto tenemos que pensar si disponemos del capital suficiente para la creación de nuestra empresa ya que para ser autónomo no es necesario aportar ningún capital para empezar con tu actividad económica mientras que para crear una sociedad la cantidad dependerá del tipo de sociedad que elijas, por ejemplo, para una sociedad limitada el capital mínimo son 3.000 euros, pero otro tipo de sociedades como la anónima necesita un mínimo de 60.000 euros. Si quieres saber las diferencias entre cada sociedad no te pierdas nuestro siguiente artículo sobre las diferentes sociedades.
Si estás pensando en darte de alta como autónomo o si quieres crear una sociedad puedes contactar con nosotros tanto para que gestionemos los trámites como para llevar la contabilidad de tu negocio.
O rellena nuestro formulario y nos pondremos en contacto contigo darte cita previa.